domingo, 8 de noviembre de 2009

Miércoles de Bombal

"¡Se me va YA a la concha de su madre!" parece que le dijo el taxista desde el volante. El otro hombre, por simple lógica, reaccionó mal y le respondió cualquier grosería. El taxista, que era un intolerante neonazi, quería dejar bien en claro su postura: No llevaría al pasajero al barrio Bombal ni por $17 el kilómetro.
"Mire, tachero estúpido, yo voy al barrio Bombal y USTED me va a llevar" La situación se tornaba densa. El Taxista soltó la palanca de cambio, abrió la guantera y sacó una Smith & Wesson 1917 americana calibre .45. Apuntando a la cabeza del pasajero, dijo: "Tenemos un pequeñísimo problema, vos y yo" El hombre del asiento, que no le temía a nada, le volvió a responder guarangadas. "Andate a la concha de tu madre", le debe haber dicho; porque en ese instante, y sin dudarlo un segundo, el tachero jaló del gatillo, haciendo que el martillo percutor del revolver impulsara velozmente la vaina de la .45 long colt, dando como resultado un proyectil de 240 gramos que volaría la cabeza de nuestro desafortunado protagonista.
"Todo los miércoles el mismo chiste, pelotudo" dijo el taxista mientras -entre movimientos bruscos- se disponía a limpiar la sangre del asiento trasero. Al mismo tiempo, la cabeza del pasajero se armaba de nuevo, como una película en rewind. "Entendelo de una buena vez: yo al Bombal, entre-semana, NO VOY" decía el conductor, un poco más calmado, mientras limpiaba el asiento de cuero con una Balerina roja -que alguna vez fue amarilla-.
El pasajero, que ahora se bajaba del auto, cerró la puerta con amor (sic) y dijo -entre el pequeño espacio que dejaba de la ventanilla semiabierta- con tono suave y sosegado, "Te odio, hijo de puta."
Extravagancias de un inmortal. Leer más...

jueves, 9 de julio de 2009

.she is in low-fi

-Hola. ¿Qué necesitas?
-Hola. Conocerte.
-¡Wacaleeee!
-¿Wacaleeee?
-Si. Dijiste la cuarta frase mas asquerosa de nuestro idioma.
-¿Qué frase?
-"Quiero conocerte"
-Yo no dije eso. Solo dije "Conocerte"
-Es lo mismo. Vos resumís, pero quisiste decir lo mismo.
-Puede ser. ¿Y cuáles son las tres primeras?
-¿Las tres primeras qué?
-Digo, la tres primeras frases mas asquerosas de nuestro idioma.
-¿Ves? Resumís. No puedo decirte. Son demasiado asquerosas.
-Insisto.
-Te digo la tercera, pero me niego a pronunciar las dos primeras.
-Creo que con la tercera puedo conformarme.
-Ok. "Gracias por existir"
-Ah... Verdad. Asquerosa.
-Te lo dije.
-No quiero pensar cómo serán las dos primeras.
-Ni lo intentes.
-Ya nos estamos conociendo, ¿Viste?
-Disculpame, pero creo que tu concepto de CONOCER difiere un poco al de la realidad.
-¿Qué decís?
-Conocerme sería saber qué color es el que mas me gusta, qué pido en McDonalds o que canción me hace feliz o triste... lleva tiempo.
-Boludeces.
-¿Perdón?
-Según lo que me decís, CONOCER lleva tiempo. Boludeces, digo yo. Yo ya te conozco.
-Pero si es la primera vez que hablamos, mentiroso.
-Soy tu groupie, ¿Sabías?
-Pensé que groupies eran solo mujeres.
-Solo cuando los rockeros son hombres.
-Yo no soy rockera.
-¡Sos popera!
-Me calza mejor ese. De todas formas, odio las etiquetas.
-¿De cigarrillo?
-Las de cerveza.
-No hay que odiarlas.
-¿Vos no odias nada, acaso?
-En lo absoluto.
-Mentís de nuevo. También mentís al decir que sos mi groupie o al decir que nos conocemos. Sos un MENTIROSO.
-Y odias las etiquetas.
-Las de cerveza.
-Soy tu groupie.
-¿Mío o de mi música?
-Mas tuyo que de tu música.
-Mi música no te gusta.
-Claro que si. Pero vos me gustas mas.
-¡Hijo de puta!
-¿Qué pasó?
-Esa es la sexta... no, perdón, la séptima frase mas asquerosa de nuestro idioma: "Me gustas"
-Pfffff. No comparto. Me parece una frase genial. Simple y concisa. Me encanta. Es mas; se estaría hablando, incluso, de la frase MENOS asquerosa de nuestro idioma.
-Ja! Sabes que es mentira.
-Imposible, yo no miento.
-Si. Estas lleno de frases asquerosas, y mentirosas.

-Asquerosas, puede ser. Mentirosas... ¡jamás!
-¿Te gusto en serio, entonces?
-Si.
-Pero no nos conocemos.
-Y pero yo soy tu groupie.
-Pero creo que los groupies están medios enfermos, o algo por el estilo.
-...
-Por favor, no digas esa. Esa es la segunda.
-¿Perdón?
-"Enfermo..."
-...por vos?"
-¡Puaj you!
-Perdón. De todas formas, no pensaba decirla.
-Que flojo.
-¿Perdón? ¿Me repetís lo que dijiste?
-Que flojjjo.
-Ja! Pronuncias la J de una manera muy graciosa.
-¿Cómo?
-No se. Es que tengo que confesar que tu voz (y ruego, no te enojes) me resulta chistosísima.
-Risa fácil, vos.
-No en serio. Si cierro los ojos, y te escucho hablar, pienso en un nene, o una nena, o un Daniel Johnston.
-¿UUUNNN Daniel Johnston?
-Si.
-¿Uno solo?
-Si.
-¿Tan low-fi sueno al hablar?
-Si. Como cassette.
-Oh.
-Me gusta tu buzo.
-Gracias.
-Lo vi hace rato. Antes de venir a hablarte.
-Ah.
-¿Te enojaste?
-No, por favor.
-El buzo es de tu infancia.
-De la infancia de una amiga. Se lo robé recién del placard.
-Sabia decisión.
-...
-...
-No voy a darte un beso, ¿Sabés?
-No esperaba que lo hicieras.
-¿Porque soy Low-fi?
-Porque sos popstar.
-"Popera" me sentaba mejor, querido desconocido.
-"Conocido" me sienta mejor, querida popera.
-Tengo la sensación de que nos vamos a ver seguido.
-Vivimos a dos cuadras y esta fiesta no significa nada. Te espero mañana.
-Lindo volver a verte.
-Esa es la primera. ¿Viste?
-¿La primera qué?
-La primera frase mas asquerosa de nuestro idioma.
-Ya se. No tuve opción.
-Hasta mañana.
-Hasta el Viernes.

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jueves, 7 de mayo de 2009

.pills

Al principio me dijo que era Prozac. Un día dijo me tomo el Yasmin y vuelvo. Pero a las 3 semanas descubrí que lo que tomaba, realmente, eran pastillas para volar. Y cuando digo "volar" no hablo del estado que te producen las drogas. No, yo digo "volar" literalmente. Tardaba 4 minutos de su casa a la mía, porque en el aire no hay tanto tráfico como en la calle, a lo sumo habrán siete u ocho personas flotando al pedo; y son re-fáciles de esquivar.
Nunca pude saber el nombre de esa estúpida pastilla. ¡Y justo ahora que necesito estar en Bosnia! Leer más...

domingo, 1 de marzo de 2009

.muerte una noche de Enero

Era de noche y estaba completamente encerrado en una encrucijada de vida o muerte, esa estúpida encrucijada que alguna vez en la vida le termina llegando a todo el mundo. Se sentía acorralado en la pared, en el vértice de la pared, pero no quería moverse... no vaya a ser cosa que despertara a la víctima.
La víctima en cambio (o mejor dicho, la potencial-víctima) parecía dormir plácidamente en su cama, con la cabeza apoyada en la almohada húmeda de la transpiración propia de una noche de Enero.
Era momento de decidir qué hacer. De todas formas, iba a morir: ya sea de hambre, o en su intento de alimentarse. Porque su dieta no consiste en lo que se conoce como "normal". No, el preferiría alimentarse de sangre; una elección para algunos bastante idiota y asquerosa, pero para otros placentera. Para el, por ejemplo, placentera. Pero esto iba a otro nivel que sobrepasaba el placer, esto iba directamente a la supervivencia, al no morir. Porque el se crió así, chupando a oscuras la sangre de los demás, y así lo hizo desde niño. Así lo criaron, o mejor dicho, así se crió. Porque nadie lo ayudó. Al encontrarse solo en el mundo, no hubo otra alternativa que dejarse guiar por el instinto. Ese instinto de prevalecer con el que todos nacen. Pero volvamos a lo que importa: La decisión.

Por un lado sería completamente cruel abusarse del dueño de casa, que ningún reproche le hizo por pasar la noche ahí, sin siquiera preguntarle si podía. Pero por otro lado, estaba a punto de morir. Moriría de hambre, o de viejo. Porque el ya estaba en la etapa final de su vida. No pasaría de esta noche, lo sabía perfectamente. La muerte estaba cerca, acechando en esa calurosa habitación de 4x4. ¡Y antes que morir de (o con) hambre, preferible irse con las necesidades básicas satisfechas! Despidiendo al mundo que lo vió nacer y crecer, con la actividad que mas placer le generaba: Clavar sus dientes (que eran muchos) y zambullirse de lleno sobre el cuello lleno de sangre. ¡Festín culinario, sin duda alguna!
Primero dió vueltas alrededor de la cama, como meditando por última vez si lo que iba a hacer sería lo correcto. Luego, se arrimó hacia la víctima y le dijo suavemente en el oído: "Perdón por lo que estoy a punto de hacer, pero lo necesito. Espero, sepas comprenderme". No lo despertó, por suerte. De todas formas, despierto o dormido, ese hombre sería incapaz de entenderlo; ni por mayor esfuerzo que hiciera. Ya era hora de morder.
Puso sus manos sobre el cuello (estaba mojado) y lenta pero decididamente agujereó la arteria que lo atravesaba. No había vuelta atrás, ahora era cuestión de succionar y sentir el placer de tibia sangre ajena entrando en su frío cuerpo. Y ahí estaba. Placer extremo. ¡Peligro! Movimiento: La mano de la víctima tratando de espantar eso que tanto inquietaba su sueño, por suerte se corrió justo a tiempo y el golpe solo terminó en el aire. Era un acto reflejo, por ende seguía dormido.
El principal problema de la sangre, es que después de probarla, uno siempre quiere mas. Y así fue con nuestro protagonista: Quería mas. Era insaciable. No había podido alimentarse lo suficientemente bien como para dejar de molestar durante toda la noche. Quería mas. Mas y mas. Esta vez fue un poco mas brusco y clavó sus dientes torpemente sobre el cuello de nuevo. Succionó, pero de manera desesperada, con mucha fuerza, como si estuviera famélico. Ahora si, la víctima despertó y lo sorprendió con los dientes en sus venas. Gritó de rabia y trató de pegarle. Volvió a escapar, pero no tan lejos como para desaparecer de la habitación. La luz se acababa de prender, y ahora los enemigos se enfrentaban cara a cara: El trató de salir por la puerta, pero la víctima (ahora agresor) se interpuso, obligandolo a retroceder hacia la esquina donde se encontraba inicialmente. No había salida. Iba a morir. No de hambre. No con hambre. No de viejo. Iba a morir porque estaba a punto de ser asesinado. Tal vez se lo merecía. Tal vez no. Iba a morir igual. Retrocedió hasta toparse con la pared, y fue ahí cuando el agresor alzó su brazo bien alto, y avanzó con toda la fuerza posible aplastando y destruyendo a mano abierta su cabeza; manchando así de sangre la pared. A esto le siguió el grito de victoria, como de guerra "¡Mosquito del orto!"

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sábado, 28 de febrero de 2009

.ocho bits / lado B

Cuando JIB se subió al auto de su padre y miró por la ventanilla escapando de su hermana molesta, nunca imaginó lo que ese viaje significaría para él. JIB había partido hacia confines inesperados. En el auto sonaba la FM más cercana que después, de a poco, se iría distorsionando con el movimiento del auto.
El día en que llegaron, o sea ese mismo día, 8 horas más tarde, las sierras de Córdoba pronosticaban lluvia y la neblina cubría todo Santa Rosa de Calamuchita. Las vacaciones familiares constaban de: A, JIB el supuesto protagonista de nuestra historia; B, Delfina, su hermana unos años menor que él; C, Ernesto, el padre de ambos dos; y por último Celene, la mujer que los acompañaba con el fin de hacer de comer, lavar, limpiar, cuidar a los chicos, etcétera. Alquilaron un loft muy bonito cerca del río. Era agosto. Nadie sale de vacaciones en agosto. Fueron vacaciones de emergencia. La ferviente vehemencia de Ernesto por el trabajo había encontrado su tope en la locura así que agarro a sus pichones, a Celene y partió hacia 5 días de paz.

Desde el momento en que JIB miró por la ventana supe que tramaba algo. Tiempo después me enteraría de que pasó dos días encerrado en su casa-hotel, otros dos tratando de entablar amistades y otro (el quinto y último día) lo usaría para culminar el juego. El quinto día era el jaque mate de las vacaciones. De su misión
Pasaremos entonces, a lo que realmente me interesa: el quinto día.
JIB se levanta con una sonrisa e impaciente porque sabe que este es el día. Desayuna, se lava los dientes y pasa toda la mañana dibujando planos, mapitas, en su cuaderno. Y piensa. Esas dos horas de mañana las piensa.
Pero JIB no es un ermitaño. JIB trama algo. Almuerza y sale despacio al calor sofocante de la siesta cordobesa bajo el amparo de una gorra con las iniciales NY en color azul. Son las dos de la tarde y el sol que envuelve a JIB no es joda. La plaza del pueblo es el lugar elegido. Es el centro del pueblo. A 1 cuadra la iglesia. A 2 la heladería. A 6 el cementerio. A 4 su casa-hotel. A 5 la escuela. Sus amigos, esos que lo seguirían hasta el fin del mundo porque él en dos días había sabido ganarse su confianza, eran tres y los llamaremos así: uno, dos y tres. Los 5 entonces (JIB, Delfina, uno, dos y tres) se encontraron en la plaza desolada de tanta siesta. Hablaron bajo la sombra de un palo borracho durante un tiempo. El reloj corría. A las siete en punto se acababan sus improvisadas vacaciones.
Son las 4:23 p.m. del 17 de agosto. Ya no hace tanto calor. Es más, un par de nubes pronostican lo que vendrá. La imagen es gris, desahuciada y llena de espasmo. Tenemos 5 soldados de terracota de 12 años frente a una reja que les da la bienvenida. Con la ropa que lleva puesta bien podrían ser los Power Rangers, pero no. Son 5 soldados hechos y derechos. Los espera del otro lado del murallón de ladrillo visto, el cementerio. Un lugar donde todos los muertos generan su propia sociedad, sus propias reglas. Conviven. Sí, los muertos ahí conviven. JIB sale lo que hace. Da una recorrida y ve lápidas, pero sabe que sólo son cadáveres pudriéndose. Unos en la pared, otros en el suelo, otros en pequeñas casitas, como si fueran los muertos más afortunados, los muertos más muertos. Se impresiona con las casitas y entra a una que dice BERTRAKOS, así en mayúsculas, en letras doradas, en la entrada. Ve cómo los cadáveres lo rodean y no se inmuta siquiera. Sus amigos andan por ahí. Su hermana lo espera afuera de la casa de los Bertrakos viendo como las señoras se pasean con ramos de un lado al otro. Prestándoles atención ahora que no les hace falta. Unas llevan muchas flores de colores y otras son más francas y sumisas. Concluyó en que las flores de colores iban a parar a las casitas. Pensó que de muerta se iba a hacer una de esas casitas.
Entonces, JIB está rodeado de personas y se divierte adivinando si los cadáveres se están pudriendo solos, si ya son cenizas o si los gusanos se ocupan de ellos. Encuentra, de repente, uno que le llama la atención en especial, uno con muchas flores y agua, con fotos y pinta de recién muerto: José Imanol Bertrakos. 1798-1899 decía. 3 de enero de 1798 – 16 de agosto de 1899 decía. Su cara ahora era de espanto pero salió con calma. Al verlo Delfina lo siguió y sus amigos uno, dos y tres (que ahora lo estaban esperando) también. Pasaron por varios lugares, el panteón de niños, pasadizos, telas de arañas, montañas y montañas de crisantemos secos, un baño sucio, y, por último, el lugar prohibido, el lugar verdaderos muertos. La fosa común. El lugar donde los muertos cobraban vida. Donde la luz mala había nacido. JIB llegó poseído y se arrodilló bien al borde. Miró al cielo para no vomitar y escuchó las gotas caer sobre sus antepasados. Todos los siguieron. JIB, el mesías del grupo, pidió silencio. Y el rebaño de pastores lo acompañó. Su hermana, orgullosa, hasta sintió una muesca de pútrida alegría. Porque sí, porque nos toca a nosotros rezó JIB en un mantra que hizo eco entre los muertos. Porque nos toca a nosotros repitió el rebaño. Se quedaron así, en sus respectivos mudras, callados, alrededor de dos minutos que parecieron siglos. La llovizna nunca alcanzó a ser lluvia y paró. Vamos, dijo el mesías. Se levantó, le crujieron las piernas, se persignó y salió. Todos lo siguieron. Eran las 6. Había tiempo así que rió. Iba al frente con su escuadrón escoltándolo. Cargando la sonrisa de un gladiador después de una pelea. Salieron del cementerio. De esa sociedad de los muertos vivos. Pasaron por algunas florerías, el murallón de ladrillo visto, las rejas que dicen Q.P.D. y todo. Recién ahí se soltaron y pudieron hablar. Sacándose peso de encima.
Tenemos un dejo de caída de sol entre las nubes y las montañas. Humedad. Todos menos JIB están fuera de foco. Sus amigos de atrás de hacen señas y uno empuja a otro. ¿Y? ¿qué pediste? le pregunta mientras juega con él. JIB sonríe y escucha. La Supernintendo ¡¿qué voy a pedir?! responde el otro.

Autor: Tomás A. (invitado)

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viernes, 27 de febrero de 2009

.ocho bits / lado A

Sabemos que el protagonista de esta historia se llama Julián. También sabemos que Julián decidió ir una noche a pedirle un video-juego a los muertos (no a la muerte), y que esa noche terminó con una serie de sucesos muy extraños. El resto lo suponemos de la siguiente manera:

Julián había agotado todo tipo de recurso posible para obtener un video-juego (y cuando decimos "video-juego" hablamos de una consola misma, no de un cartucho); ya sea Papá Noel, Reyes Magos, Día del Niño y Cumpleaños.
Su padre le había dicho que hasta que no sacara mas de 8 en todas las materias, no iba a tener su videojuego. Ya llevaba dos trimestres falsificando la firma de Padre/Madre/Tutor que la libreta pedía, y el sueño se encontraba cada día mas lejano a la realidad.
Harto de tener que jugar al Monopoly y al futbol, viendo como sus compañeros mas idiotas hablaban de lo bueno que estaba el arma lanzallamas del Contra (también conocida como "la F"), optó por hacer lo que ningún chico de 13 años se animaría a hacer: Escaparse de su casa para ir al cementerio y rogarle a los muertos que le regalaran un videojuego.
Según los diarios, esto pasó el 8 de Febrero del 1994. Reconstruyendo hechos, podemos decir que Julián salió a las 23 horas, por la ventana de su habitación vestido con una bermuda negra, unas topper azules y una remera roja de coca cola. Llevaba con el una grabadora de voz que su tía le había regalado para su cumpleaños. Caminó las 7 cuadras que separaban su casa del lago, y costeó el mismo hasta llegar a un cementerio casero (sin rejas ni portero) en donde habían al rededor de 20 cruces clavadas en el suelo. Se paró en el centro del mismo, rebobinó el cassette, pulsó el botón rojo y dijo en voz alta:



"Amigos muertos, he venido hasta acá para pedirles un favor: NECESITO que me den una consola de 8 bits. No traigo mas que lo que llevo puesto para ofrecerles, pero podemos hacer un trato... el que ustedes crean necesario, estoy dispuesto a aceptar cualquier tipo de canje."

Inicialmente la policía (que había encontrado la grabadora al lado del cuerpo de Julián) dijo que luego de que el gurrubín callara seguía un silencio que solo era interrumpido por el sonido de la respiración del niño. Luego, en un estudio mas meticuloso, se informó a los medios que de fondo de escuchaban sonidos desconocidos al oído humano. Tuvieron que pasar 5 meses para que el caso avanzara, gracias a que un oficial de policía de bajo rango propusiera escuchar la cinta al revés. Los datos arrojados por ese informe fueron espantosos. Estos fueron los dos titulares del diario.

"29-06-1997 - CASO JULIAN MANDABLANCO. Después de 4 meses y medio de incertidumbre, la policía avanzó en el caso de Julián Mandablanco entregando ayer a la noche un informe en el que confirma haber escuchado 3 voces diferentes en el cassette al haberlo girado al revés. Se supone que una de las voces era del niño, pero aún no se sabe quiénes son los dueños de las otras dos. <> Dijo el oficial a cargo de la operación, Jorge Rugula."

"29-06-1997 - CASO JULIAN MANDABLANCO. La policía dió a luz el transcripto del cassette encontrado al lado del cadaver. Aún se desconoce la identidad de las otras dos personas:

NN1-¿Y qué estas dispuesto a dar?
J- No... no, no se. Lo que ustedes pidan.
NN2-Pero lo que nosotros pidamos no es lo que importa, sino lo que vos estes dispuesto a dar... Porque de una u otra manera, nosotros te vamos a quitar todo.
J-¿Cómo? No, no... no entiendo, no entiendo.
NN2- ¿Queres el videojuego o no? Tenés que responder a esa simple pregunta.
NN1- Pero tené cuidado con lo que decis, pensalo bien.
J-No, no se, no se.
NN2- ¡Esa no es una respuesta! ¿Para qué viniste hasta acá? ¿Lo sabes? ¡Claro que sabes! Entonces danos tu respuesta.
J- Ya no se si la quiero...
NN1- ¿No sabes si querés estudiar matemáticas, o si jugar a los videos por el resto de tu vida?
J- Si, creo que quiero jugar a los videos por el resto de mi vida.
NN2- ¿Nada mas?
J- Si, quiero un cartucho con 900 juegos, un joystick para mi solo, y una botella de cindor que no se acabe nunca mas.
NN1- Así lo quisiste.

El informe prosigue diciendo que después de esta última linea de diálogo solo se escucha la risa desaforada del muchachito que tapa una música de fondo. Se seguirá la búsqueda intensa por los sospechosos"

El final ya lo suponemos, y ningún diario, ni ningún informe de la policía nos podrá contradecir al afirmar que Julián debe estar deleitandose con el nivel 6 del bomberman, que es el mejor nivel.

Autor: Nacho B.

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miércoles, 25 de febrero de 2009

I. Veranos (prólogo)

Amores de verano. Que en realidad, no son amores; y pudiendo hacerles honor a su nombre, tampoco duran todo el Verano. Prefieren durar una semana, a lo sumo una quincena, o el tiempo que duren las vacaciones lejos de casa. Y estuve pensando en que, desde hace ya varios Veranos, que tengo una mini-historia que contar. "Mini" por lo que duran, claro.
Titularé cada Verano con el nombre correspondiente.

NOTA: Leer de abajo, hacia arriba. Del primero, al último Leer más...